lunes, 10 de diciembre de 2012

Cartas de los lectores #1.

La compañera y sacerdotisa de Mitra Iñiga Maza nos planteaba la siguiente cuestión:

Como siempre, cimmerio de ojos acerados tus palabras contienen la sabiduría de los dioses. Pero (y a falta de que abras un consultorio hyperboreo popular) mi condición de doncella vestal de Mitra exige que en mi iniciación me sea colocada una argolla de acero en la napia y como para mis meditaciones suelo ejercitar mi dedo índice moldeando cascarrias (pelotillas de la nariz, bolillas de plastilina biológica, píldoras escrecentes),necesito de tu sabio consejo para saber como afectaría este particular a mi relajante afición y si en este caso quizá sería mejor que me pasara a la cofradía de vírgenes casquivanas de Seth que solo exigen que me tatúe una serpiente, con tinta de calamar y punta de obsidiana, en el cráneo afeitado

Saludos mi estimada sacerdotisa y simpatizante de la Anarquía Sin Tonterías Iñiga Maza,

te agradezco tanto tus cumplidos como tu incansable compromiso con nuestra doctrina sin tonterías.

Responder a tu pregunta con palabras en lugar de con mis siempre elocuentes gruñidos no será tarea sencilla, si bien lo parecerá una vez lo haya hecho.

Concéntrate no tanto en la argolla como en quien te lo exige, y pregúntate a ti misma si tu interés en el culto a Mitra justifica tamaña barbaridad. ¿Te identificas hasta ese punto con tu culto al dios del fénix como para modificar un hábito por él (véase alterar el hecho de que llevas viviendo bastantes años sin argolla y a partir de ahora lo harías con ella?

Y si no fuese por requisitos religiosos, mujer, ¿crees que habría otra razón que te empujase a hacerlo? Porque la respuesta podría ser positiva, y entonces te aconsejaría que siguieras adelante. Pero también negativa, ante lo cual te animaría en contra. Y lo mismo con cualquier otra cosa, independientemente de lo extravagante, rara o bruta que pueda parecerle al común de la población civilizada y corrupta.

No importa lo que hagamos durante el transcurso de nuestra vida, tarde o temprano siempre vendrá alguien a juzgarlo como absurdo, innecesario y/o ridículo, probablemente sin conocer nuestras motivaciones personales y aún peor, creyendo que su opinión nos importa. Sin embargo, tal cosa no debería, ni por un instante, amedrentarnos. En este sentido, el problema no sería la argolla en sí, como tampoco lo sería raparte el cráneo y tatuarte una serpiente encima, sino preguntarte a ti misma si tales acciones concuerdan con tu auténtica voluntad e identidad o no. Estoy seguro de que existen bichos raros a los que asquearía matar enemigos y empaparse en la sangre de traidores y cobardes desde la salida del sol hasta el atardecer, y no obstante, eso no convierte tan digna tarea en aberración. Sólo significa que no han sentido la llamada de Crom ni conocen el secreto del acero. De manera que si el culto a ese dios te ha sido impuesto por alguien, sacúdele a ese alguien lo más fuerte que puedas por la espalda y lárgate a donde te de la gana. Pero si estás convencida de tus creencias, déjate de excusas y plántate la argolla gritando a toda voz: ¡POR MITRA Y SUS COJONES!

Si el problema que te acucia tiene más relación con tu práctica de la meditación, te pregunto: ¿es el ejercicio de hurgarte la nariz completamente necesario para la misma?

Recuerdo que cuando empecé a meditar sufría dolores terribles en los empeines. Pero estaba seguro de que algún día dejaría de sentirlos. Así fue. Un año y medio más tarde descubrí que por carecer de instructor experto en la materia , había cometido un error y me había causado una lesión de rodilla. No me importó. Cambié la postura y seguí con mis meditaciones. Y así hasta el día de hoy. Enfrentarme al dolor con actitud estoica me ha ayudado mucho en mi vida, por ejemplo enseñándome a controlar mis impulsos de aplastar enemigos también en situaciones inoportunas. Ahora soy un bárbaro más relajado y reflexivo.

En fin. Conciliar a Mitra con la argolla y tus meditaciones, he ahí tu misión, compañera. Ya nos contarás qué tal.

Espero haber resuelto tus dudas. Queda así inaugurada queridos compañeros y para vuestro deleite la sección de CARTAS DE LOS LECTORES.

Sin más, un saludo anarquista sin tonterías.

Alabado sea el trono sangriento de Crom.

2 comentarios:

  1. Pues una vez he reflexionado sobre tus palabras Conan el Cimmerio he acordado conmigo misma que abandonaré el culto a Mitra y comenzaré a profesar la Anarquía sin Tonterías a través del mundo hyperbóreo conocido.
    Me he propuesto la tarea de exterminar sin piedad a todos aquellos que considero mis enemigos y para ello emplearé todo los medios que los dioses pongan a mi alcance.

    He comenzado a valorar mi propio criterio por encima de las opiniones de los demás como me aconsejas y decidido suprimir de la faz de la tierra a todos los que no han podido elevarse hasta el estado salvaje y se han quedado en el estatus de pobres bestias, sin educación y sin el más mínimo atisbo del sentido de la oportunidad, metiendo las narices donde no les llaman e incapaces de soltar otra cosa que exabruptos que envenenan el ambiente.
    Ya estoy harta de prédicas ancladas en la solemnidad y el encorsetamiento que exigen algunos dioses antiguos y de las amonestaciones que se imparten cuando una cuestiona algunos dogmas de fé.

    POR LA ANARQUÍA SIN TONTERÍAS UNIVERSAL!!!

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  2. Saludos estimada compañera anarquista sin tonterías Iñiga Maza,

    Te felicito por tu decisión, y por tu coraje y determinación. Nunca es fácil romper con las convenciones sociales, sobre todo porque a menudo se trata de imposiciones no escritas, perpetuadas exclusivamente por el peso de la costumbre.

    Tu último párrafo refleja un saber más grande que el que esconden las mismísimas ruinas de Atlantis. Por el ceñudo Crom sentado en su trono sangriento, compañera Maza, que los dioses te bendigan y tus días te sean propicios.

    ¡Viva la anarquía sin tonterías!

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